Las fuerzas de seguridad de Trinidad y Tobago han manifestado su firme intención de perseguir y detener a migrantes, ya sea legal o ilegal, que esté involucrado en actividades delictivas.
Esta declaración, realizada por la comisionada de la Policía, Erla Harewood-Christopher, resalta la creciente preocupación por el incremento del crimen en el país, asociado en parte a las actividades de grupos criminales que operan en la región.
Según un informe del Departamento de Crimen y Drogas de la ONU, los migrantes, en particular aquellos provenientes de Venezuela, han estado implicados en delitos como la extorsión, el tráfico humano, el contrabando de armas y el narcotráfico.
Las zonas sur de Trinidad, así como partes de Venezuela, se han identificado como puntos críticos para estas actividades ilegales.
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La ruta principal del tráfico de drogas hacia Trinidad y Tobago se establece predominantemente desde Venezuela, aunque también se mencionan otras fuentes, como Guyana y Surinam.
A pesar de que el informe señala un número significativo de migrantes en Trinidad y Tobago, estimados en 60,000, de los cuales solo 16,000 son registrados legalmente, la comisionada destacó que no todos los migrantes ilegales provienen de Venezuela.
Harewood-Christopher no profundizó en los específicos actos delictivos que se atribuyen a los migrantes ni en la proporción de crímenes relacionados con ellos en comparación con los ciudadanos locales.
Sin embargo, su mensaje claro es que la policía intensificará sus esfuerzos para abordar el problema de la criminalidad, lo que podría tener implicaciones significativas para la comunidad migrante y la percepción pública en general.
Con información de EFE
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