La ciudad de El Alto se convirtió en escenario de enfrentamientos callejeros este domingo entre simpatizantes del presidente boliviano Luis Arce y del expresidente Evo Morales.
Los choques se produjeron en el marco de la marcha que Morales realiza desde Caracollo hacia La Paz, la cual se espera que llegue a la capital el lunes.
Los seguidores de Arce se concentraron en la zona Ventilla de El Alto para impedir el paso de la marcha de Morales.
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Sin embargo, los partidarios del exmandatario se enfrentaron a ellos con piedras, palos y petardos, lo que derivó en horas de enfrentamientos.
El Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, denunció que «vecinos están enfrentados, aparentemente con funcionarios que estarían hostigando a la población» y pidió al gobierno «desmovilizar a los funcionarios públicos».
Callisaya también solicitó la intervención de la comunidad internacional para contribuir a la pacificación de Bolivia.
Por su parte, el Ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó que los incidentes dejaron al menos tres personas heridas.
Clima de violencia en el país
Previo a los enfrentamientos, tanto el gobierno de Arce como el exmandatario Morales se acusaron mutuamente de generar un clima de violencia en el país.
La cancillería boliviana, a través de la ministra Celinda Sosa, envió notas a la ONU, al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y a la CIDH para informar sobre la situación y expresar su preocupación por la «amenaza y asedio de una violenta marcha encabezada por el expresidente Evo Morales Ayma».
Sosa afirmó que la marcha tiene como objetivo «interrumpir el actual mandato constitucional» a través del adelanto de elecciones y la habilitación de una nueva candidatura de Morales, lo cual está prohibido por la Constitución.
La tensión entre Arce y Morales se debe a la candidatura presidencial oficialista para las elecciones de 2025.
Morales ha anunciado su intención de postularse, mientras que Arce aún no ha confirmado su decisión.
La marcha de Morales, que cuenta con la participación de al menos 10.000 personas, busca denunciar la crisis económica que vive Bolivia, manifestada en la falta de dólares y combustibles.
Morales denunció que el gobierno de Arce intenta frenarlo por la fuerza y responsabilizó al gobierno por cualquier posible herido o muerto.
El exmandatario incluso reveló que recibió amenazas de muerte y que algunos policías y militares le proporcionaron chalecos antibalas.
La situación en Bolivia es compleja y demanda una solución pacífica que garantice la seguridad de la población y el respeto al orden constitucional.
Con información de AFP
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