Un nuevo bombardeode Rusia golpeó este domingo la ciudad de Sumy, al noreste de Ucrania, y dejó al menos 21 muertos y 34 heridos, entre ellos cinco menores. El ataque ocurrió cerca de las 10:15 de la mañana, cuando muchas personas se reunían para celebrar el Domingo de Ramos. Según las autoridades locales, dos misiles balísticos impactaron directamente en zonas residenciales a unos 50 kilómetros de la frontera con Rusia.
El alcalde Artem Kobzar confirmó que el “enemigo golpeó de nuevo a los civiles”. En redes sociales, difundió imágenes del lugar que muestran vehículos calcinados, cuerpos entre escombros y columnas de humo en el centro de la ciudad. Aseguró que se trató de un ataque deliberado contra la población en un día de especial significado religioso para los ucranianos.
Zelensky pidió presión internacional tras el ataque en Ucrania
El presidente Volodimir Zelensky reaccionó rápidamente al ataque. “Solo una escoria miserable puede actuar así”, escribió en la red X. El mandatario expresó su pésame a los familiares de las víctimas y aseguró que los servicios de emergencia trabajan sin descanso en el lugar. También insistió en la necesidad de una respuesta contundente por parte de la comunidad internacional.
“Necesitamos una fuerte respuesta del mundo. América, Europa, todos los que quieren que esta guerra y estas matanzas terminen”, afirmó. Para Zelensky, Rusia busca extender el terror en territorio ucraniano y no tiene intención de frenar los ataques sin una presión clara y sostenida desde el exterior.
El presidente advirtió que las conversaciones diplomáticas no han servido para detener el uso de misiles balísticos ni las bombas contra civiles. “Debemos tratar a Rusia como se merece un terrorista”, sostuvo. Además, agradeció el respaldo de los países que continúan apoyando la defensa ucraniana.
El ataque se produjo menos de 24 horas después de que diplomáticos de Rusia y Ucrania se acusaran mutuamente de romper un acuerdo negociado por Estados Unidos para pausar los ataques a la infraestructura energética. El incidente en Sumy pone en evidencia lo difícil que resulta sostener cualquier tipo de tregua en el actual escenario.
Desde el inicio de la invasión, Sumy ha sido blanco frecuente de bombardeos. En las últimas semanas, la región experimentó un aumento de ofensivas tras el retroceso ucraniano en zonas cercanas a la frontera. Las autoridades locales confirmaron que entre los heridos hay varios en estado crítico y que ya se iniciaron investigaciones para documentar posibles crímenes de guerra.
Mientras continúan las tareas de rescate, el gobierno ucraniano insiste en que la única forma de frenar los ataques es con presión internacional constante. El uso de misiles balísticos contra civiles refuerza los llamados a tratar a Rusia como un Estado terrorista, según las autoridades.
Con información de: infobae