Río de Janeiro vivió una jornada de fuego cruzado y conmoción. En un operativo con 2.500 agentes, helicópteros y drones, la policía intentó capturar a Edgar Alves de Andrade, alias “Doca”, presunto jefe del Comando Vermelho. Según el gobierno estatal, la ofensiva dejó 64 muertos y más de 80 detenidos en las favelas. La operación reavivó el debate sobre el uso de la fuerza en favelas densamente pobladas.
El operativo más letal del año
Desde las primeras horas del martes, helicópteros, blindados y drones sobrevolaron los complejos de Alemão y Penha, dos de las mayores favelas del norte carioca. La acción, planificada por la Policía Militar y la Fiscalía de Río de Janeiro, apuntó a desarticular la cúpula regional del Comando Vermelho.
🇧🇷‼️| URGENTE — Rio de Janeiro es una verdadera zona de guerra en estos momentos. El Comando Vermelho, la principal banda narco de Brasil, está intentando tomar la ciudad.
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) October 28, 2025
Lula se niega a combatirlos con apoyo militar.
Se habla de al menos 64 muertos.pic.twitter.com/aHI54kg3Xc
El balance fue estremecedor: 64 muertos entre ellos cuatro policías, 81 detenidos y 42 fusiles de alto calibre incautados. La intervención movilizó más de treinta vehículos blindados, dos helicópteros, drones de ataque y diez máquinas de demolición para abrir paso en zonas bloqueadas.
El objetivo central era capturar a “Doca”, considerado uno de los hombres más buscados de Brasil. La Fiscalía lo acusa de homicidio, tráfico de drogas, tortura y asociación criminal. Además, lo vincula con ataques a delegaciones policiales ocurridos este año. Las autoridades mantienen una recompensa de 100.000 reales (unos 17.500 dólares) por información sobre su paradero.

Un poder que desafía al Estado
El Comando Vermelho, fundado en 1979 dentro de una cárcel de Río de Janeiro, se transformó en una red criminal con presencia nacional. Su estructura combina jerarquías carcelarias con control territorial en las favelas. Según la fiscalía, los complejos de Penha y Alemão son “puntos estratégicos para el flujo de drogas y armas” por su cercanía con las principales autopistas.
El gobernador Cláudio Castro calificó la ofensiva como “una guerra que Río libra sola”. Afirmó que las fuerzas criminales poseen armas provistas por redes internacionales y criticó la falta de apoyo de las Fuerzas Armadas.
Los habitantes del norte de Río vivieron escenas de terror: disparos, granadas lanzadas desde drones, transporte paralizado y comercios cerrados. Más de 200.000 personas quedaron afectadas. Las clases fueron suspendidas en 45 escuelas y doce líneas de buses cambiaron su recorrido.
Derechos humanos en la mira
Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) alertaron sobre el riesgo de ejecuciones extrajudiciales en este tipo de operativos. En septiembre de 2025, HRW denunció un proyecto de ley local que ofrecería incentivos económicos a policías que disparen contra sospechosos, lo que “crea un incentivo financiero para matar en lugar de arrestar”.
No es la primera redada con saldo alto. En mayo de 2022, una operación similar en Vila Cruzeiro dejó 23 muertos y denuncias de civiles atrapados en el fuego cruzado.
En 2024, más de 700 personas murieron en intervenciones policiales en Río, casi dos por día. Con 64 víctimas más, la operación de este martes podría ser la más letal de la última década.
El desafío ahora será evitar que el resultado se repita: capturar capos sin convertir las favelas en campos de batalla.
Con información de: infobae





