La campaña presidencial estadounidense ha ofrecido una visión sorprendentemente limitada de Latinoamérica.
Tanto Donald Trump como Kamala Harris han centrado sus discursos en clichés sobre inmigración, delincuencia, y regímenes izquierdistas en Cuba y Venezuela, reduciendo la compleja realidad de la región a simples eslóganes.
Si bien la inmigración, tema central de la campaña, está intrínsicamente ligada a la situación económica, de seguridad y democrática de Latinoamérica, las complejidades de la región han quedado eclipsadas.
Trump, por ejemplo, se ha limitado a mencionar la banda criminal «Tren de Aragua» para alimentar su narrativa de una «invasión» inmigrante.
Harris, por su parte, ha sido igualmente escueta, limitándose a declaraciones generales y al reconocimiento positivo de la elección de Claudia Sheinbaum en México.
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La campaña ha dejado a Latinoamérica como una nota al pie, ignorando la rica y diversa realidad de la región y su profunda interconexión con Estados Unidos.
Esta falta de profundidad en el discurso político estadounidense refleja una preocupante simplificación de temas cruciales para ambos continentes.
La Casa Blanca y Latinoamérica: Un Desconocimiento Preocupante
La próxima elección presidencial en Estados Unidos genera expectación en Latinoamérica, una región que tradicionalmente ha estado estrechamente ligada a las decisiones tomadas en Washington.
Sin embargo, la poca atención que los candidatos presidenciales están dedicando a la región es motivo de preocupación.
Un ejemplo reciente lo ilustra la dificultad de la vicepresidenta Kamala Harris para responder a una pregunta sobre la reforma judicial en México.
Su respuesta, «No he estudiado estos cambios, así que no puedo hablar sobre ellos», refleja una falta de conocimiento preocupante sobre temas de gran calado en la región.
Este desconocimiento no se limita a un solo caso. La escasa profundización en los desafíos latinoamericanos por parte de los aspirantes a la Casa Blanca sugiere una potencial falta de interés o, al menos, una priorización insuficiente de la relación con esta importante región.
Latinoamérica observa con atención el resultado de las elecciones, esperando que el próximo presidente de los Estados Unidos demuestre un mayor compromiso con la comprensión y el abordaje de sus complejas realidades.
Sheinbaum asegura buena relación con EUA, independientemente del ganador
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha asegurado que mantendrá una «buena relación» con Estados Unidos, sin importar si el ganador de las próximas elecciones presidenciales es Donald Trump o Kamala Harris.
Sheinbaum ha destacado la integración económica entre ambos países y el conocimiento que ambos candidatos tienen de esta relación.
Sin embargo, reconoció que las amenazas arancelarias de Trump han contribuido a la reciente depreciación del peso mexicano.
A pesar de las promesas de Trump de renegociar el T-MEC, Sheinbaum afirmó que el tratado no está en riesgo.
La situación económica bilateral, por lo tanto, seguirá siendo un punto clave en la agenda de la relación México-EUA en los próximos años.
Sanciones a Venezuela: Continuidad más allá de las elecciones
Las elecciones presidenciales en Venezuela parecen no alterar significativamente la política de sanciones de Estados Unidos hacia el país.
Independientemente del resultado (la reelección de Maduro), se espera una continuidad en las restricciones impuestas.
Un eventual retorno de Donald Trump a la presidencia probablemente significaría un endurecimiento de las sanciones.
Su historial se caracteriza por la imposición de un número considerable de restricciones financieras a Venezuela, y ha criticado públicamente las medidas de alivio implementadas por la administración Biden.
Si bien durante el gobierno de Biden se redujo aproximadamente a la mitad el número de decisiones de Washington contra Caracas, este alivio no garantiza estabilidad, especialmente tras la reelección de Maduro, un resultado que Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional no reconocen.
El futuro de las sanciones contra Venezuela permanece incierto, pero la expectativa de continuidad, con posibles endurecimientos, prevalece.
Cuba y las Elecciones Estadounidenses: Un Futuro Incierto
Aunque el gobierno cubano ha mantenido una postura distante, el resultado tendrá un impacto significativo en la isla, ya que podría traducirse en nuevas sanciones o en un mayor alivio de las existentes.
Expertos coinciden en que, a pesar de las declaraciones del gobierno cubano calificando a Biden y Trump como similares en su política hacia Cuba, un regreso de Trump a la Casa Blanca sería significativamente peor para La Habana.
Se anticipa una vuelta a la «máxima presión», con un endurecimiento de las sanciones y la reversión de las pocas medidas positivas implementadas por la administración Biden.
Algunos analistas, como el politólogo William LeoGrande, prevén que Trump volvería a delegar la política hacia Cuba en la comunidad cubana conservadora del sur de Florida, intensificando aún más las restricciones. La incertidumbre reina en cuanto al futuro de las relaciones entre ambos países.
Con información de EFE
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