El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, denunció la magnitud de la crisis migratoria venezolana durante su discurso en la Asamblea General de la ONU.
Mulino calificó la cifra de cerca de 8 millones de migrantes venezolanos como «una verdadera tragedia migratoria», lamentando la insuficiente respuesta internacional a esta situación.
En su intervención, el presidente destacó la falta de apoyo contundente y creíble por parte de los organismos internacionales a lo largo de los años.
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Atribuyó la masiva migración a la grave crisis institucional venezolana, que ha forzado a millones de ciudadanos a abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida.
La Crisis Migratoria Venezolana: Un Desafío para Panamá
Panamá enfrenta una grave crisis migratoria derivada de la situación en Venezuela. Según datos de ACNUR, casi 8 millones de venezolanos han abandonado su país, generando una enorme presión sobre las naciones vecinas, incluyendo Panamá.
El presidente de Panamá ha vinculado directamente la crisis migratoria con la crisis institucional venezolana, señalando que ésta es la causa principal del éxodo masivo.
Particularmente preocupante es el creciente flujo de migrantes que atraviesan la peligrosa selva del Darién, en su camino hacia Estados Unidos.
Esta travesía inhumana, realizada por mujeres, niños y adultos mayores, es controlada por organizaciones criminales que lucran con su sufrimiento.
La situación representa un enorme desafío para Panamá, tanto en términos humanitarios como financieros y de seguridad.
El presidente ha solicitado mayor apoyo internacional para afrontar esta «inmensa problemática» y la devastación ambiental que genera el paso de los migrantes por el Darién.
Se destaca la necesidad urgente de una respuesta internacional coordinada ante esta crisis humanitaria de gran magnitud.
La Selva del Darién: Un Llamado a la Acción Internacional
La selva del Darién, en Panamá, sufre un daño ambiental devastador debido al masivo flujo migratorio.
El presidente panameño ha expresado su profunda preocupación por esta situación, destacando que la destrucción va más allá de lo ambiental, constituyendo una crisis humanitaria y de seguridad.
El tránsito de migrantes deja tras de sí una estela de contaminación y destrucción que Panamá debe reparar a un alto costo.
La situación exige una respuesta internacional urgente. El llamado del presidente es claro: se necesitan medidas concretas para revertir el daño ambiental y abordar las causas raíz del problema, incluyendo la crisis política en Venezuela que impulsa la migración.
Se requiere una acción conjunta para proteger la selva del Darién y asegurar el bienestar de los migrantes. El desarrollo sostenible regional depende de una respuesta efectiva a esta crisis compleja.
Con información de EFE
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