El ex presidente Jair Bolsonaro encabezó este domingo una multitudinaria marcha en la Avenida Paulista, en San Pablo, donde rechazó los cargos por un supuesto intento de golpe de Estado. Rodeado de seguidores, se definió como víctima de la Justicia, exigió amnistía para los detenidos por los hechos del 8 de enero de 2023 y sostuvo que no hubo ninguna acción para impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva.
Persecución judicial y respaldo político
“Soy inocente. No tramé ningún golpe”, dijo Bolsonaro desde el escenario. Aseguró que hay una “persecución judicial” en su contra y que no se lo está juzgando por delitos reales, sino por motivos políticos. El acto contó con la presencia de su esposa Michelle, varios de sus hijos y gobernadores de siete estados, lo que fue interpretado como una señal de respaldo en medio del proceso judicial.
Durante su discurso, comparó su situación con la de Donald Trump y Marine Le Pen, y advirtió sobre un “activismo judicial global” contra líderes de derecha. “Hay un intento de silenciar a la oposición en distintas partes del mundo”, afirmó. También mencionó a dirigentes de Rumania y Venezuela, y recibió una ovación cuando pidió “amnistía ya” para los detenidos bolsonaristas.
Simbolismo y consignas en la Paulista
La manifestación tuvo una fuerte carga simbólica. Hubo banderas de Brasil, Estados Unidos e Israel, junto a camisetas de la selección brasileña, que en los últimos años se convirtieron en un emblema del bolsonarismo. Parte del público llevaba carteles con críticas al Supremo Tribunal Federal y exigencias de libertad para presos como Débora Rodrigues, condenada por rayar una estatua con lápiz labial.
Desde temprano, miles de personas ocuparon la avenida central de San Pablo. El clima fue tenso, pero no se registraron incidentes. Jair Bolsonaro había anticipado que la convocatoria sería una “demostración de fuerza” frente al Congreso y la Justicia. “La presencia del pueblo en la Paulista será un termómetro para la amnistía”, dijo días antes en una entrevista radial.
Golpe de Estado y elecciones de 2026
El ex mandatario volvió a negar cualquier vínculo con un intento de golpe de Estado y denunció que se lo busca inhabilitar políticamente. “No quieren que participe en 2026. Eso es dictadura”, lanzó. Según la fiscalía, Bolsonaro habría intentado movilizar a las Fuerzas Armadas tras perder las elecciones, pero él insiste en que respetó los resultados.
La causa judicial sigue abierta y su situación podría complicarse en los próximos meses. Mientras tanto, sus seguidores insisten en que existe una persecución judicial y reclaman que se le permita volver al juego político. El reclamo por la amnistía fue el eje del acto, que mostró a un Bolsonaro activo y decidido a mantenerse en el centro del escenario político.
Con información de: infobae