El comediante George Harris vivió una noche tensa en el Festival de Viña del Mar donde la xenofobia se hizo presente. Apenas subió al escenario, una parte del público comenzó a abuchearlo, lo que marcó el tono de su presentación. Aunque intentó continuar con su rutina y calmar los ánimos, la situación se volvió insostenible. «Si no les gusta, vayan a comprar bebida», respondió en un intento por apaciguar a los detractores.
Los venezolanos presentes en la Quinta Vergara intentaron apoyarlo, pero la tensión en el recinto aumentó. «Vamos a calmarnos, muchachos. Yo no vine a amargarle la vida a nadie», dijo Harris, mientras evaluaba la posibilidad de bajarse del escenario.
Un regreso fallido y la retirada definitiva
Ante la hostilidad del público, el humorista decidió abandonar el escenario. No obstante, los animadores del evento le pidieron que regresara. Harris accedió, pero los pitos y abucheos continuaron, obligándolo a tomar una decisión definitiva: retirarse por completo.
«Qué lástima que ganen los malos siempre», lamentó Harris antes de despedirse. «Te amo, Chile, aunque haya algunas personas que sean complicadas». Con estas palabras, el comediante cerró una de las noches más tensas de la edición 2025 del Festival de Viña del Mar.
El director del festival salió en defensa de George Harris
Tras lo sucedido, Álex Hernández, director del evento, explicó que hubo factores externos que perjudicaron la presentación. Según él, un grupo organizado habría planeado funar a Harris desde el inicio. «Había personas que no estaban contentas con su presencia y se preocuparon de desordenarlo todo», afirmó.
Hernández también defendió el material del humorista. «Te aseguro que la rutina no estaba fome, yo la vi muchas veces», aseguró, deslizando que la reacción del ‘Monstruo‘ estuvo influenciada por una campaña previa en su contra.
El impacto de las redes sociales en el escándalo
Las redes sociales y algunos medios de comunicación pudieron haber contribuido al rechazo que enfrentó Harris. En muchos casos, las narrativas previas generan polarización y afectan la percepción de los artistas. En un contexto de tensión entre migrantes y locales, este tipo de reacciones se ven amplificadas.
El caso de Harris deja en evidencia que el Festival de Viña del Mar sigue siendo un espacio impredecible. La organización y los animadores no lograron manejar la situación de manera efectiva, dejando al comediante sin respaldo ante un público dividido. Aunque el «Monstruo» es difícil de complacer, lo sucedido con George Harris demuestra que, en ocasiones, los prejuicios pueden pesar más que el talento sobre el escenario.
Con información de: https://www.24horas.cl/