El iceberg se dirige a las Islas Georgias del Sur
Un bloque colosal se separa de la plataforma de hielo Filchner-Ronne en la Antártida. El mismo ha sido denominado A23a por sus dimensiones récord.
Con una extensión de aproximadamente 4.000 kilómetros cuadrados y un grosor estimado de 400 metros, se trata del iceberg más grande del mundo en la actualidad.
Aunque se había mantenido encallado en el fondo marino durante décadas, recientemente comenzó a desplazarse debido a cambios en las corrientes oceánicas y el aumento de las temperaturas.
Ha sido reconocido como el iceberg más antiguo del mundo y ahora se dirige «lentamente» hacía las islas británicas de Georgias del Sur.
El iceberg A23a había permanecido prácticamente intacto durante décadas, salvo por la pérdida de fragmentos menores. Sin embargo, la reciente separación marca un punto de inflexión en su evolución.
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Impacto en el ecosistema y la navegación
El desplazamiento de este gigantesco bloque de hielo podría tener consecuencias significativas en la biodiversidad marina y la navegación en el océano Austral.
El hecho de que llegue a las Islas Georgias del Sur podría representar una amenaza para las especies de focas y pingüinos que hacen vida en este ecosistema.
A medida que se desplace hacia aguas más cálidas, el iceberg comenzará a derretirse, liberando grandes volúmenes de agua dulce en el océano, lo que podría afectar las corrientes marinas y los ecosistemas dependientes de la salinidad del agua.
Además, su presencia representa un potencial peligro para las rutas marítimas utilizadas por los barcos de investigación y pesca en la región.
El cambio climático podría ser el detonante de este tipo de evento
Los científicos advierten que el cambio climático está influyendo en estos eventos, ya que el aumento de las temperaturas está debilitando las plataformas de hielo y acelerando su fragmentación.
Aunque el impacto exacto del desprendimiento de A23a aún es incierto, podría contribuir al aumento del nivel del mar si afecta la estabilidad de otras masas de hielo en la región.
Este evento subraya la importancia de continuar monitoreando la evolución del hielo antártico y sus efectos globales.
Los científicos seguirán de cerca el trayecto de A23a para evaluar su impacto en el medioambiente y en la dinámica oceánica en los próximos meses.
Con información de CNN