El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará este jueves una orden ejecutiva para proceder al cierre del Departamento de Educación, en una decisión que promete redefinir el futuro de la educación en el país. Fuentes de la Casa Blanca confirmaron que la secretaria de Educación, Linda McMahon, será la encargada de supervisar el proceso de disolución, asegurando la continuidad de los servicios y programas esenciales.
Esta orden ejecutiva está en línea con una de las promesas de campaña de Donald Trump, aunque su implementación será compleja y probablemente requerirá de cambios legislativos en el futuro. Desde su llegada al poder, el mandatario ha reducido considerablemente el tamaño y las funciones del departamento, con recortes significativos en su personal y la eliminación de programas considerados por su administración como innecesarios.
¿Qué implicaría el cierre del Departamento de Educación?
El Departamento de Educación desempeña una serie de funciones clave en el sistema educativo estadounidense, incluyendo la distribución de fondos federales a las escuelas y universidades, y la administración de los préstamos estudiantiles. Donald Trump ha declarado su intención de redistribuir estas funciones a otras agencias federales si se cierra el departamento, lo que afectaría a millones de estudiantes y alteraría la distribución de recursos vitales para las instituciones educativas.
Uno de los puntos más controversiales en la agenda educativa de Trump ha sido su postura sobre los temas de teoría crítica de la raza y políticas sobre identidad de género en las escuelas. El presidente ha prometido recortar el dinero federal destinado a las instituciones educativas que promuevan estos contenidos, mientras que ha expresado su apoyo a las escuelas con elección universal, donde los padres tienen mayor control sobre la educación de sus hijos.
Deuda estudiantil y derechos civiles: dos áreas clave
El Departamento de Educación también es responsable de gestionar más de 1,5 billones de dólares en deuda estudiantil, una carga que afecta a más de 40 millones de prestatarios. La administración Trump ha expresado su rechazo a los esfuerzos del gobierno de Joe Biden para cancelar parte de esta deuda, calificándolos de ilegales. Aunque Trump no ha presentado un plan detallado para abordar la deuda estudiantil, su política en este ámbito podría implicar cambios significativos en el sistema de préstamos federales.
En cuanto a los derechos civiles, el Departamento de Educación ha jugado un papel central en la protección de los derechos de los estudiantes, especialmente en lo relacionado con la discriminación racial y las protecciones para los estudiantes LGBTQ+. Bajo la administración Trump, se ha ordenado que la Oficina de Derechos Civiles priorice las denuncias de antisemitismo y otros casos relacionados con la discriminación por género. Esta postura ha generado críticas, especialmente en lo que respecta a los derechos de los estudiantes transgénero.
¿Qué sigue para el sistema educativo de EE. UU.?
El cierre del Departamento de Educación y las políticas asociadas podrían tener efectos de largo alcance en la estructura del sistema educativo estadounidense. A pesar de las dificultades que enfrenta esta orden ejecutiva, su firma representa una nueva etapa en la reconfiguración de la educación pública en Estados Unidos, cuyas repercusiones se sentirán en todo el país.
Con la firma de este decreto, Trump parece dispuesto a dar un paso más hacia el cumplimiento de sus promesas de campaña, mientras enfrenta las complejidades de un sistema educativo que depende en gran medida del financiamiento y las regulaciones federales.
Con información de: infobae y cnnespanol