A lo largo de los años, migrantes han intentado cruzar La selva del Darién, este inhóspito paraje en busca de una mejor calidad de vida, enfrentándose a condiciones extremas, riesgos naturales y amenazas de grupos criminales.
En este contexto, la Cruz Roja ha decidido rendir homenaje a estos valientes viajeros a través de una exposición que busca visibilizar su lucha y sufrimiento.
Bajo el título “Voces de la Selva”, la exposición muestra 25 fotografías de, entre otros, el laureado fotoperiodista de The New York Times Federico Ríos, pero también presenta objetos que muchos migrantes dejaron tras cruzar esa selva, desde una mochila a un peluche o zapatos cubiertos de barro.
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“Gran parte de los migrantes nos cuentan cuando son atendidos por la Cruz Roja que de haber sabido la experiencia que iban a tener, no volverían a arriesgarse a atravesar el Darién”, contó a EFE el presidente de la Cruz Roja Panameña, Elías Solís, presente en la inauguración de la muestra.
Cruzar la selva cubiertos de lodo
Cruzar la selva del Darién es un desafío extremo que puede prolongarse desde días hasta semanas, dependiendo de las condiciones climáticas adversas y la falta de recursos básicos como alimentos y agua.
Los migrantes enfrentan un camino lleno de dificultades, sin instalaciones sanitarias y expuestos a lluvias torrenciales, tormentas y potenciales ataques de fauna salvaje.
A pesar de las adversidades, muchos muestran una sorprendente resiliencia, incluso sonriendo al completar la travesía.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 48 migrantes murieron en 2023, lo que convierte esta ruta en la tercera más mortal de las Américas.
La Cruz Roja Panameña ha creado nichos en Real de Santa María para honrar a aquellos que han perdido la vida, aunque muchos no han podido ser identificados.
No sólo lo intentan latinoamericanos
La travesía por la selva del Darién es un fenómeno que trasciende las fronteras de América Latina, ya que migrantes de diversas nacionalidades, incluyendo venezolanos, brasileños, ecuatorianos, y personas de continentes lejanos como Asia y África, se aventuran en este peligroso camino.
En 2023, aproximadamente 500.000 migrantes intentaron cruzar esta región, un incremento significativo respecto a la última década.
La Cruz Roja ha reportado atender a más de 20.000 personas con problemas de salud, traumas psicológicos y casos de violencia sexual, resultado de las duras condiciones del viaje.
Además, las comunidades indígenas locales, como los emberá y wounaan, enfrentan nuevos retos debido al aumento del flujo migratorio, lo que altera su forma de vida y entorno.
Con información de EFE