El gobierno argentino, liderado por Javier Milei, anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Esta medida, enmarcada en una política de reducción del Estado, busca generar una entidad más eficiente y menos burocrática.
Se estima un ahorro anual de 6.3 millones de dólares gracias a una reducción del 34% en la estructura de gestión.
Sin embargo, la reestructuración implicará la pérdida de empleo para 3.155 agentes de la AFIP, considerados por el gobierno como ingresos irregulares durante la administración anterior.
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ARCA, bajo la dirección de Florencia Misrahi, tendrá como objetivo principal mejorar la recaudación y el control aduanero, eliminando lo que el gobierno califica como «circuitos corruptos» y «burocracia innecesaria».
El gobierno argumenta que la AFIP funcionaba como «una caja política» y que esta reforma busca devolver a los argentinos el control sobre su propiedad.
La medida genera debate sobre su impacto a largo plazo en la administración tributaria del país.
Con información de EFE
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