La convergencia entre inteligencia artificial (IA) y fotografía aérea se ha convertido en un eje clave para la evolución del seguro de viviendas. Las aseguradoras ven en estas herramientas la posibilidad de optimizar sus análisis de riesgo y ajustar sus tarifas con mayor precisión. Sin embargo, el proceso avanza con cautela. La innovación promete eficiencia, pero también despierta inquietudes sobre transparencia y equidad.
De acuerdo con un informe de S&P Global Market Intelligence, la integración de IA con imágenes satelitales o capturadas por drones permite observar detalles antes difíciles de detectar, como el estado de los techos, la densidad de árboles o posibles vulnerabilidades estructurales. Esto permite refinar las evaluaciones y reducir la volatilidad financiera que tradicionalmente afectan a las pólizas.

Reguladores en alerta por posibles sesgos
La aplicación de inteligencia artificial en la industria del seguro genera cada vez más debate. Diversos reguladores han expresado preocupación por la imparcialidad de los algoritmos y la posibilidad de sesgos no previstos. En algunos estados de Estados Unidos, ya se exige que las aseguradoras informen qué métodos de IA utilizan, qué proveedores externos participan y cuáles son los parámetros que emplean para valorar los riesgos, destaca S&P Global Market Intelligence.
El objetivo es evitar que decisiones automáticas perjudiquen a ciertos asegurados o generen discriminaciones indirectas en función de la ubicación o características de las propiedades.
Drones y privacidad: una frontera sensible
El uso de drones para obtener imágenes detalladas introduce una nueva capa de complejidad. Además de los retos técnicos, surgen interrogantes sobre la privacidad, los permisos de sobrevuelo y el uso responsable de los datos recopilados. Algunos especialistas advierten que los asegurados podrían quedar en desventaja si sus propiedades no aparecen con claridad en las imágenes o si los algoritmos interpretan mal ciertas condiciones.
La dependencia de terceros proveedores de imágenes también implica un riesgo adicional. Las aseguradoras deben asegurarse de que los datos sean confiables, libres de sesgos y auditables. Además, están obligadas a ofrecer transparencia sobre los algoritmos utilizados y a prepararse para revisiones regulatorias más exigentes.
Ganar la confianza del público
S&P Global Market Intelligence advierte que, para que esta transformación tecnológica sea sostenible, las aseguradoras deben fortalecer la confianza de reguladores y clientes. Eso implica comunicar con claridad cómo se aplican estas herramientas en la fijación de precios, la evaluación de riesgos y la aceptación de pólizas.
La educación y la transparencia, concluye el informe, serán esenciales para que la digitalización del sector se consolide sin perder legitimidad ante la sociedad.
Con información de: revistaeyn





