Piden transparencia sobre acuerdos con farmacéuticas
El Parlamento Europeo se prepara para una votación histórica: una moción de censura contra Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE), por presuntos actos ilícitos cometidos durante la pandemia de COVID-19.
La iniciativa, impulsada por eurodiputados de diversas bancadas, busca esclarecer el manejo “opaco” de contratos millonarios firmados con farmacéuticas en el momento más crítico de la crisis sanitaria.
Las críticas se centran principalmente en la negociación de un megacontrato con la farmacéutica Pfizer, valorado en más de 35.000 millones de euros.
Esa negociación habría sido gestionado directamente por Von der Leyen, a través de intercambios personales de mensajes de texto con el CEO de la compañía.
Hasta la fecha, esos mensajes no han sido divulgados, lo que ha generado sospechas y denuncias por falta de transparencia.
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La moción podría redefinir el liderazgo europeo antes de fin de año
El grupo de eurodiputados que promueve la moción sostiene que Von der Leyen actuó fuera del marco legal establecido para este tipo de contratos, eludiendo mecanismos de control institucional.
Acusan a la CE de obstaculizar las investigaciones y negarse sistemáticamente a entregar documentos solicitados por el Parlamento y por el Defensor del Pueblo Europeo.
Aunque la posibilidad de que la moción prospere es limitada, dado que necesitaría el apoyo de dos tercios de la cámara.
El debate ya ha comenzado a generar un terremoto político en Bruselas.
La votación será interpretada como un termómetro del respaldo real que mantiene Von der Leyen dentro del Parlamento.
tomando en cuenta que su reelección para un segundo mandato se encuentra en juego.
Futuro incierto para la presidenta de la Comisión
Analistas aseguran que este escándalo podría debilitar seriamente su imagen de liderazgo en medio de un contexto geopolítico desafiante.
Recordemos que está en boga la guerra en Ucrania, la crisis energética y el auge de fuerzas euroescépticas en varios países del bloque.
Desde la Comisión han evitado hacer comentarios directos sobre el proceso, limitándose a reiterar que «todo fue hecho conforme a la ley».
Se espera que la votación se realice en las próximas semanas, y sin importar su resultado, podría marcar un punto de inflexión en la política europea y en el futuro de una de las figuras más influyentes del continente.
Con información de EURONEWS