Descubrimiento inesperado
Este viernes, las operaciones en la estación Gare du Nord de París, fueron interrumpidas tras el hallazgo de una bomba sin detonar de la Segunda Guerra Mundial.
El artefacto, un obús de 500 kilogramos y más de un metro de longitud, fue descubierto durante trabajos de mantenimiento en las vías cercanas a la zona de Saint-Denis, a 2,5 kilómetros de la estación.
La bomba fue descubierta alrededor de las 4 de la madrugada por operarios que realizaban trabajos de movimiento de tierras cerca de las vías.
La bomba pesó 500 kg, incluidos 200 kg de explosivos, y según relató un portavoz de la compañía ferroviaria “la bomba podría suponer una grave amenaza para la vida de las personas”.
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Generó un gran caos en el transporte
El ministro de Transporte de Francia, Philippe Tabarot, dijo que el tránsito se vería “muy perjudicado» durante todo el día.
Se pudo ver un servicio limitado en horas de la la tarde, por lo que la mayoría de los viajeros debieron posponer sus desplazamientos.
Como medida de seguridad, las autoridades suspendieron el tráfico ferroviario, afectando trenes de alta velocidad nacionales e internacionales, como los Eurostar con destino a Londres, Bruselas y Ámsterdam.
También se detuvieron los trenes regionales TER y de cercanías RER, complicando el traslado de miles de pasajeros.
La interrupción afectó incluso las conexiones con el aeropuerto Charles de Gaulle, lo que llevó a habilitar el servicio de autobuses Roissy Bus de manera gratuita.
Se logró la desactivación de la bomba
Un equipo especializado en explosivos intervino para neutralizar la bomba, estableciendo un perímetro de seguridad importante.
Tras la desactivación, el tráfico ferroviario en Gare du Nord se reanudó progresivamente a partir de las 18:00 horas, así como la autopista A1.
Sin embargo, el tren Eurostar entre París y Londres no pudo restablecerse hasta la mañana siguiente.
Este hallazgo pone de manifiesto la persistencia de vestigios bélicos en Europa, donde aún es común encontrar explosivos de conflictos pasados.
Recordemos la ultima que se encontró durante la realización de trabajos de obras en el 2016, en Mantes-la-Jolie.
Definitivamente, Francia, al igual que otros países, sigue lidiando con las huellas de su historia enterrada bajo tierra.
Con información de CNN