En un movimiento sin precedentes, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, fue detenido para ser interrogado por la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO). La medida se tomó tras semanas de tensiones políticas, marcadas por el decreto de ley marcial que el mandatario emitió el mes pasado. Este arresto, el primero de su tipo contra un presidente en ejercicio, ha profundizado la crisis institucional del país.
La orden de detención fue ejecutada luego de que Yoon se negara a responder a varias citaciones. Según las autoridades, el presidente enfrenta graves acusaciones, incluidas las de insurrección, delito que podría acarrear cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
La declaración de la ley marcial y su impacto
El caos comenzó cuando Yoon declaró sorpresivamente la ley marcial el pasado 3 de diciembre, justificando la medida como una respuesta a lo que llamó «elementos antiestatales». La decisión fue anulada por el Parlamento apenas seis horas después, desatando una ola de protestas en todo el país.
La declaración revivió recuerdos dolorosos del pasado autoritario de Corea del Sur y generó rechazo en todo el espectro político, incluidos miembros del propio partido del presidente. Legisladores y ciudadanos calificaron la medida como un intento de consolidar el poder de forma ilegítima.
Manifestaciones y división social
El arresto del presidente de Corea del Sur también ha provocado enfrentamientos en las calles. Miles de manifestantes se congregaron frente a su residencia, coreando consignas a favor y en contra del mandatario. La escena reflejó una nación profundamente dividida, con grupos que denunciaban una «destitución inválida» y otros exigiendo su renuncia inmediata.
Los disturbios han sido acompañados por un despliegue masivo de fuerzas de seguridad, mientras los opositores del presidente sostienen que las acciones judiciales son necesarias para salvaguardar la democracia.
El futuro político de Yoon y Corea del Sur
El arresto permite a las autoridades retener al presidente durante 48 horas, plazo en el que deberán solicitar una orden judicial para extender su detención. Mientras tanto, el Tribunal Constitucional del país ha comenzado el juicio político contra Yoon, quien podría ser destituido formalmente si se confirman las acusaciones en su contra.
El presidente, un exfiscal convertido en político, ha calificado las investigaciones de «ilegales» y ha asegurado que su cooperación no implica reconocer su validez. En un mensaje pregrabado, afirmó que actúa «para evitar un derramamiento de sangre».
Crisis de liderazgo
La crisis política no se limita a la figura de Yoon. El Parlamento también votó la destitución del primer ministro en funciones, dejando al ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, como líder interino del gobierno.
El panorama político en Corea del Sur es incierto, con múltiples casos judiciales en curso y una nación profundamente polarizada. El juicio de destitución de Yoon continuará esta semana, pero el desenlace de este complejo escenario aún está por definirse.
Corea del Sur enfrenta un momento crítico en su democracia, con el arresto de Yoon marcando un antes y un después en la historia del país.
Con información de: cnnespanol