El presidente Biden declaró que la caída del régimen de Bashar al-Asad en Siria es consecuencia de la debilidad de Rusia e Irán.
“Eso (la caída de Asad) se debe a que Ucrania, respaldada por aliados estadounidenses, erigió un muro contra las fuerzas rusas invasoras, infligiendo daños masivos a las fuerzas rusas que dejaron a Rusia incapaz de proteger a su principal aliado en Oriente Medio”, señaló Biden desde la sala Roosevelt de la Casa Blanca.
En una conferencia de prensa, Biden vinculó este evento a los esfuerzos de Ucrania e Israel, apoyados por Estados Unidos, en sus respectivos conflictos.
Según el mandatario estadounidense, los golpes asestados a Rusia en Ucrania, y la acción de Israel, han debilitado a estos dos países, dejándolos incapaces de sostener a su aliado sirio.
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Biden afirmó que esta situación es el resultado directo de una política estadounidense firme y consecuente hacia Siria, e insistió en la necesidad de un diálogo con todas las facciones implicadas en el conflicto.
Un nuevo capítulo para Siria: La transición hacia la independencia
El presidente Biden señaló que, por primera vez en la historia, ni Rusia ni Irán ni Hezbolá pudieron defender al régimen de Al Asad en Siria.
Esto se debe en parte a la combinación de sanciones económicas y presión militar estadounidense en la región.
El presidente Biden también afirmó que Estados Unidos está dispuesto a hablar con todos los grupos sirios en un proceso de transición liderado por Naciones Unidas.
Esto con el objetivo de cerrar la era de «brutalidad» de la familia Al Asad en el país y establecer una nueva Constitución y un nuevo Gobierno que represente a todos los sirios.
Sin embargo, el presidente Biden también advirtió que algunos de los grupos rebeldes que han derrocado a Al Asad tienen un historial de terrorismo y abusos de derechos humanos.
Por lo tanto, es importante que estos grupos demuestren su compromiso con los derechos de todos los sirios, el imperio de la ley y la protección de las minorías étnicas y religiosas.
En este sentido, Estados Unidos apoyará una transición que aleje al régimen de Asad hacia una Siria independiente y soberana.
Esto incluye ayuda humanitaria para ayudar a Siria después de más de una década de guerra y una generación de brutalidad en la familia Al Asad.
La presencia militar estadounidense en Siria, unos 900 soldados en la triple frontera entre Siria, Jordania e Irak, se mantendrá para asegurarse de que el Estado Islámico no resurja en la región.
De hecho, recientemente se llevaron a cabo decenas de ataques aéreos de precisión en Siria contra campamentos del Estado Islámico y sus operativos.
Un nuevo capítulo está a punto de comenzar en Siria, y Estados Unidos está dispuesto a apoyar una transición pacífica y democrática en el país.
Con información de EFE
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