Donald Trump, en un reciente discurso, acusó a Aurora, Colorado, de estar bajo el control de pandillas de migrantes venezolanos, prometiendo una intervención federal para «liberar» la ciudad si gana las elecciones.
Estas declaraciones contradicen las del alcalde republicano de Aurora, Mike Coffman, quien negó que la ciudad esté siendo invadida por pandillas criminales.
Trump sostiene que Aurora representa un ejemplo de la supuesta «invasión migrante» que, según él, está desestabilizando a Estados Unidos.
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Trump justificó sus afirmaciones como parte de una narrativa más amplia sobre una «invasión migrante» y reiteró sus propuestas migratorias, incluyendo deportaciones masivas, la eliminación de las «ciudades santuario» y el restablecimiento del Título 42.
Además, generalizar a toda una comunidad de migrantes basada en las acciones de un pequeño grupo es un acto de prejuicio y estigmatización.
Criticó duramente a la vicepresidenta Kamala Harris y la aplicación CBP One, atribuyéndoles la responsabilidad del aumento de la migración ilegal.
Las declaraciones de Trump se enmarcan dentro de una estrategia política que busca movilizar a su base electoral apelando a temores relacionados con la inmigración.
Sus propuestas, como la deportación masiva, la eliminación de las «ciudades santuario» y el restablecimiento del Título 42, reflejan una postura dura e inflexible hacia la inmigración que ha sido ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos.
Con información de EFE
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