En los últimos años, el panorama de la educación superior en Venezuela ha cambiado drásticamente.
Entre 2012 y 2024, las universidades del país han visto una disminución de hasta un 60% en su matrícula estudiantil, según Carlos Meléndez, sociólogo y director del Observatorio de Universidades (OBU).
Este fenómeno, que refleja una crisis educativa y social, se debe a múltiples factores que afectan a los jóvenes venezolanos, especialmente aquellos en el rango de edad de 17 a 24 años.
Una de las razones más destacadas que motiva a los jóvenes a no continuar con sus estudios universitarios es la posibilidad de obtener ingresos superiores a través de oficios no profesionales.
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A medida que el mercado laboral se transforma, muchos jóvenes han encontrado en trabajos informales o técnicos una alternativa viable para su sustento, lo que ha llevado a una desvalorización del título universitario.
Meléndez argumenta que, en la actualidad, un título académico no garantiza mejores condiciones de vida ni oportunidades de crecimiento profesional.
Este desencanto con el sistema educativo está exacerbado por la situación económica general del país, que ha dejado a muchos graduados sin expectativas laborales adecuadas.
El fenómeno global que ha realzado la importancia de las nuevas tecnologías y oficios emergentes ha llevado a una reconfiguración de las pirámides laborales.
Las carreras tradicionales ya no son vistas como la única ruta hacia el éxito, lo que ha influido en la decisión de muchos jóvenes de optar por caminos alternativos que les ofrezcan una estabilidad económica más inmediata.
Esta tendencia se agrava por la realidad de que siete de cada diez estudiantes universitarios deben trabajar al mismo tiempo para financiar sus estudios y satisfacer necesidades básicas, lo que convierte la educación superior en un desafío aún mayor.
33% de los profesores de las universidades venezolanas comen menos de 3 veces al día
Según un estudio de la OBU, el 33% de los profesores de universidades venezolanas comen menos de tres veces al día, un dato alarmante que refleja la crisis del sector educativo en el país.
Carlos Meléndez destacó que, entre 2018 y 2023, no solo ha disminuido la matrícula estudiantil, sino también las condiciones de vida de los docentes.
Además, existe una marcada desigualdad en las infraestructuras educativas: el 90% de los estudiantes de universidades privadas tiene acceso a baños funcionales, mientras que el 85% de los estudiantes de instituciones públicas carece de este servicio.
Meléndez hizo un llamado a las autoridades gubernamentales para que trabajen en la recuperación de las universidades en Venezuela.
Con información de EL Nacional
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